Equipos Altamente Eficientes: Líderes, Comunicación y Herramientas
Toda empresa triunfa imprimiendo a su entorno su carácter. El desafío inicia en internalizar hábitos para crear carácter función de responsabilidad directiva que conlleva y exige cambios en el entorno que nos circunscribe y que en éstos últimos treinta años, hoy siendo ya Institución Educativa, pasaremos el coste en conocimientos I+D+i (Investigación-Desarrollo-innovación) del 30% al 80% previéndolo así para el 2030.
Siendo años de afianzamiento, solidez en el good will (buen nombre), respeto, confianza y autoridad la actual Pandemia COVID-19 nos cuestiona de manera positiva el tipo de servicio, canales de distribución, conocimientos que hoy tenemos, estructuras de ejecución y logro de objetivos y metas, procesos y otros debido a que la tecnología, la globalización y la sociedad/entorno cambiante impide poseer una ventaja competitiva duradera sin que implique reingeniería que a su vez de forma paralela la burocracia, el sistema, el individualismo y con ello el relativismo plantean nuevos retos invitando a evolucionar de una cultura M a una cultora C potenciando la confianza y la responsabilidad.
Cultura M, fuertemente jerárquica, centrada sobre sí misma, con objetivos poco claros sin coherencia, generadora de fricciones y delegaciones inadecuadas, malos procesos de selección, formación, retribución y evaluación invita a favorecer a la mentira, la picardía, la manipulación, ahoga la innovación y paraliza la creatividad. Existe deterioro de las relaciones humanas, se siembra la confusión, fomenta comportamientos defensivos, se oculta siempre información con un efecto devastador sobre la calidad, el cliente, la productividad y particularmente la rentabilidad. Hoy día se observa en un 95% de nuestras organizaciones.
Cultura I, caracterizada por la irrupción de la información minimizando los niveles organizacionales (organigrama) requiriendo aún un cambio de cultura real en donde no se “mande” sino que se dirija, ayude, forme, desarrolle potenciales y allane camino a los demás. Empieza a posicionarse con un 4% quizá.
Cultura C, coloca a las personas como centro de la gestión; las diferencias dejan de ser amenazas y pasan a ser oportunidades tanto para la Institución como para los colaboradores quienes auto gestionan su vínculo profesional, ético, moral y social; todos se cargan de responsabilidad con un alto nivel de conciencia, mentalidad abierta y valores sólidos permitiendo así el pleno desarrollo de toda la capacidad potencial. Se vislumbra en un 1% tal vez
La Cultura C es invitada a ir en aumento constante de productividad que conlleva así a una rentabilidad uniforme siendo el factor clave el conocimiento aunado a una remuneración en función directa a la productividad y no según su esfuerzo.
Los conocimientos están invitados a ser reorganizados inteligentemente sin que ello indique reducción rigurosa de costes, eliminación de mandos intermedios y de tecnologías de la información y adquisiciones, teniendo más que ver con hábitos de aprendizaje y el conocimiento en el seno de la Institución.
El Liderazgo y la Mentalidad ameritan de una Misión clara que sugiere pautas tales como: 1. Análisis DAFO (debilidades-amenazas-fortalezas-oportunidades), 2. Redacción concreta para saber las necesidades a satisfacer (que satisfacemos) y qué oportunidades hemos de aprovechar, 3. Beneficios que obtendremos con ellos y hasta qué punto existe un interés real y evidente en ello y 4. Incorporación de valores esenciales de la Institución dirigiéndonos a le exigencia de responsabilidad personal en donde cada colaborador depende de sí mismo y debe saber dirigirse y administrar su trayectoria.
La Ética, ciencia que trata el comportamiento humano encaminado hacia la felicidad y la excelencia, crea hombres guiados por el principio del bien que toman siempre medidas que mejoran al equipo de trabajo, sociedad y en éste caso la Institución creando lealtad, confianza y honradez.
Un Líder mejora la mentalidad propia y la de los demás determinando así la Visión e influye en el conocimiento y el comportamiento; debe desarrollar y formar con feedback (retroalimentación) claro y muy abundante obligando ello a responder con frecuencia invocando a afrontar problemas interesantes y difíciles teniendo como finalidad el crear un proceso de enriquecimiento constante de cada rol, puesto de trabajo, cátedra, ética, la comunicación y la estrategia de manera que se genere el mismo proceso sobre el producto entregado: La Educación.
Las decisiones estratégicas son tomadas por el Líder más escucha sinceramente a todos y comprende que cada colaborador deberá libremente decidir si seguirle.
Todo es cuestión de hábitos que invitan a conocernos, dirigirnos y motivarnos, así como a dirigir y desarrollar a los demás. Aquellos modelos de éxito fácil y rápido basados en el oportunismo son grandes enemigos de éste planteamiento dado que estimulan el comportamiento según estados de ánimo variables y la falta de responsabilidad.
El cambio de hábitos negativos a positivos será un éxito si antes aumentamos la pasión y el entusiasmo por el cambio convenciendo de que la situación actual es insostenible por los errores causados por la resistencia a la evolución.
Rectoría